Seguro que en las últimas semanas has oído hablar a menudo del tan traído y llevado Chat GPT de Inteligencia Artificial que promete escribir textos igual que lo haría una persona, pero en mucho menos tiempo. Seguro incluso que muchos de vosotros habéis entrado a chafardear en la aplicación para testar su funcionamiento.
Bien, pues llegados a este punto debes saber que una de las principales funcionalidades de estos chatbots de IA podría ir de la mano de los motores de búsqueda. De hecho, el propio Chat GPT de OpenAI, que pertenece a Microsoft, ya es parte de Bing.
En el futuro, el motor de búsqueda de Microsoft no sólo buscará en la web, sino que también podrá responder preguntas directamente en forma de texto apoyado en el modelo de IA GPT-3 de OpenAI.
Por supuesto, Google y Baidu, el buscador de la cada vez más todopoderosa China, están haciendo sus pruebas para poner en marcha estas integraciones. Google lo desarrollará bajo el nombre de Bard y, ojo, porque Baidu podría presentar su correspondiente versión ya en este mismo mes de marzo de 2023.
La idea es que si la práctica funciona como nos indica la teoría, la IA respondería directamente a todas las consultas realizadas a través de los motores de búsqueda con un nivel de comprensión mucho mayor, y de modo que no fuesen necesarias otras fuentes adicionales.
Pero la verdadera pregunta que nos asalta ahora mismo es ¿hasta dónde podremos fiarnos de los sistemas de IA como fuentes de información?
La mayor revolución de los buscadores en décadas
En el año 1996, Sergey Brin y Larry Page desarrollaron el legendario algoritmo Pagerank. De eso, hace ya casi treinta años y, si es cierto todo lo que ahora mismo nos prometen, con toda seguridad nos vamos a encontrar con la mayor revolución de los buscadores de internet en décadas, que cambiará la forma en la que usamos los motores actualmente, y que también podría tener otras consecuencias para el uso generalizado de la tecnología. La pregunta es ¿cómo será ese nuevo escenario en el que nos encontraremos?
Pues vamos a fijarnos en el nuevo buscador de Bing, que ya puede responder a preguntas directamente a través del chatbot de IA. A priori, para cualquier usuario, podría parecernos que el funcionamiento es similar al uso de preguntas y fragmentos de texto utilizado por Google y otros motores de búsqueda tradicionales. ¡Que ya da bastante vértigo usar en la misma frase “motor de búsqueda” acompañada por el adjetivo “tradicional”!, ¿no? Pero, la diferencia residiría en que la IA, según nos prometen, puede responder absolutamente cualquier pregunta que se nos ocurra.
«Y ojo, porque aquí podríamos encontrarnos con una noticia preocupante para los propietarios de algunas páginas web: si el motor de búsqueda combinado con IA consigue responder a mis preguntas de un modo completo y ajustado, posiblemente los usuarios dejarían de hacer clic en los enlaces adicionales. Y eso podría suponer una caída en las visitas a las páginas web.»
Pero no entremos en pánico, porque todavía estamos teorizando sobre posibilidades que no sabemos si llegarán a ser reales. Aunque nunca está mal ponerse en lo peor para reaccionar a tiempo y que los cambios nos pillen preparados.
Cómo puede afectar todo esto a la web de mi PYME
De momento, como decíamos, no tenemos que preocuparnos, solamente ocuparnos de estar atentos a los avances que se vayan produciendo. Pero esto es más o menos lo mismo que ha sucedido en estos últimos treinta años con todas las muchas, muchas, muchas, actualizaciones del algoritmo de Google.
Por eso nuestros especialistas en posicionamiento SEO estarán al quite para ponerse al día y que la página web de tu Pyme esté siempre optimizada como corresponde, pase lo que pase con los motores de búsqueda. Como si nos vamos todos al metaverso, no worries.
Aunque lo que es fundamental, en estos casos es también observar que la información que van a procesar los buscadores a través de la IA se base en datos verídicos para ofrecer resultados de búsqueda sólidos y veraces. Y eso, de momento, todavía no se ha podido demostrar.
¿Acabará la IA con la epidemia de Fake News?
Bueno, pues de momento Bing ya nos avisa de que su nueva IA todavía puede mostrar resultados inesperados o inexactos. Vamos, que los chatbots de hoy todavía son un poco torpes a la hora de determinar la veracidad de los resultados que nos devuelven. Y, aunque esto se nos explica ahora mismo como una problemática inicial debido a su reciente implementación, la solución al problema no pasa por ser sencilla, ya que la IA no es capaz, al menos por ahora, de realizar una verificación de hechos.
Prueba de que, de momento, no es oro todo lo que reluce, Bard, de Google, habría cometido un error de bulto al asignar al telescopio espacial James Webb la primera captura de un planeta fuera del sistema solar, lo que es un dato falso. Y este fallo no es baladí si, tal y como afirma el Financial Times, es el causante directo de que la cotización bursátil de Alphabet cayese un 7%. Y aquí tienen que ir con pies de plomo, porque hace tiempo que Google vive rodeado de muchas amenazas reales. El propio Bing podría comerle la tostada y acortar las distancias en cuanto a su posición actual como motor de búsqueda. En este momento, el buscador de Microsoft solo capta el 9% de las búsquedas mundiales, frente al 9% de Bing, pero como el gigante no se ponga las pilas con Bard, su cuota podría caer rápidamente.
Por consiguiente, en un contexto en el que estamos exigiendo a los gigantes tecnológicos que pongan coto de manera definitiva a la difusión masiva de las fake news, podría resultar que los chatbots acaben generando una nueva y enorme avalancha de información falsa en los motores de búsqueda.
Y esto sería un problema enorme si tenemos en cuenta que, a día de hoy, nuestra primera fuente de información para casi todo en la vida son, precisamente, los motores de búsqueda.
Aunque consultado al respecto, el propio Chat GPT nos devuelve sus mejores promesas y dice que “los motores de búsqueda y los modelos de IA pueden trabajar juntos para mejorar la experiencia del usuario en web y en las conversaciones”. Veremos si es verdad o fake pero, de momento, ya sabe venderse.